Nuestro viaje comenzó con algunas pequeñas complicaciones desde que salimos de nuestro pueblito, primero porque elegimos la salida equivocada y en su lugar de ir al Sur nos dirigimos hacia Amsterdam. Pasadas horas de manejo nos encontramos con 15 km de reparaciones que nos llevo a pasar mas de tres horas en el transito. Al final y después de 14 hrs de viaje llegamos a nuestro destino donde dormimos unas horas y nos dispusimos a ir en búsqueda de nuestra recompensa: merecidas cervezas.
Comida y bebida es ofrecida por una modesta cantidad de 8 euros por cerveza y 9 euros por plato de pollo asado, aunque también se encontraban gran variedad de salchichas de todos tamaños, sabores y gustos.
La gran mayoria de los visitantes llevaba el traje típico de la Region de Bavaría, estos atuendos son confeccionados en cuero acompañado de un suéter de lana y un sombrero, el cual dependiendo del estrato social varia en forma y color. 
En esta ocasión compartimos la aventura con nuevos amigos, Farhang de Irán, Chinmay de India y Sonia de México, así nuestro circulo social se va incrementando en cuanto a diversidad cultural. Todos compartimos muy variadas experiencias , cotidianas para cada uno de ellos pero nuevas y diferentes para nosotros los dos aztecas y la chilena. 
Como la ciudad se encontraba y se encuentra empacada de turistas, nuestro hotel se ubico a unos 60km de Munchen, en un pintoresco pueblo llamado Peinting, en un principio pensamos que se encontraba muy lejos de la frontera con Austria, pero pronto descubriríamos que no es asi. A diferencia de Holanda Alemania cuenta con un paisaje montañoso, por lo que en invierno las temperaturas son tan bajas que es común despertar con varios centímetros de nieve en las calles.
Si pensaron que el castillo de WaltDisney era solo de fantasía, estan muy equivocados, el castillo de Neuschwantein, que se localiza a 30km de Peinting y en los dominios de Fuessen fue la inspiración para que la Bella Durmiente tuviera el lecho hasta donde el valiente principe la despertaría con una húmedo beso. Este castillo fue construido en el año 1866 por Luis II de Baviera y por falta de tiempo y dinero nunca fue terminado en su totalidad. El paisaje es majestuoso al igual que la arquitectura.
Por cierto, algo que es de admirarse es la integridad en las personas de estas tierras, las calabazas se encontraban en la desviación al castillo, cada tamaño tenia un precio que se indicaba en una madera colocada junto a una alcancía, si alguien esta interesado en comprar alguna, lo único que debe hacer es depositar las monedas correspondientes, nadie te vigila y todo queda bajo tu conciencia. 
